agosto 11, 2008

Locuciones latinas

Las locuciones latinas son expresiones en latín que se utilizan en español con un significado cercano al original latino. Como el latín fue la lengua de expresión cultural y científica en Europa hasta el siglo XVIII, estas locuciones han pervivido en el lenguaje jurídico, técnico, religioso, médico y científico. Su abuso, su uso erróneo o su exhibición ante personas que no entienden su significado se considera un comportamiento pedante; en el uso popular dichas locuciones se conocen con desdén como latinajos - un buen ejemplo de esto se encuentra en la obra de Roberto Bolaño Los detectives salvajes, en el personaje de Xosé Lendoiro (capítulo 20). Respecto a las locuciones latinas también se da una actitud mixta, y estas expresiones son usadas por personas que no conocen bien la lengua latina, lo cual ocasiona errores frecuentes. Tal es el caso de la errónea *de motu propio - su uso correcto no admite la preposición, al tratarse de un ablativo, por lo que debería decirse motu proprio; otro tanto ocurre con *a grosso modo, que tampoco admite la preposición por idéntico motivo al anterior (debe decirse grosso modo). El mal uso del latín es satirizado en la obra del siglo XVIII del Padre Isla Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes.

Lista de locuciones latinas

Touché

En esgrima, touché (en francés: tocado, Pronunciado To-shei) es usado como un reconocimiento de un golpe, dicho por el esgrimista que es golpeado. Un árbitro puede decir touché para referirse a un toque usando, por ejemplo, la voz francesa: para "Sin punto", que es "pas de touché" (en Español: No tocado).


Cultura Popular

La palabra touché a menudo es usada en la cultura popular y en la conversación en general como un argumento o un debate. Si una persona presenta un argumento y el otro entrega una respuesta inteligente o apropiada, la primera persona puede responder touché como un modo de reconocer una buena respuesta. Asimismo existe un movimiento de esgrima llamado "réplica", que se refiere "a una acción ofensiva con la intención de golpear al opositor, hecho por el esgrimista que acaba de parar un ataque" y en el léxico común es entendido como una respuesta rápida e ingeniosa a un argumento o un insulto.


Origen

La expresión probablemente viene de los primeros duelos, comunes en el Siglo XVII: durante el duelo, tocando al opositor con la punta de la espada era suficiente para ganar; cuando esto pasaba el perdedor podía reconocer la derrota gritando "tocado" entonces el encuentro terminaba.

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